Tuesday, July 19, 2011

LEYENDAS DE MI PUEBLO

igual que casi todos los lugares, tamayo tiene sus leyendas que han trascendido de generación en generación unas creíbles otras dudosas pero todas relatadas por nuestros mayores,
anotare algunas para relataras poco a poco,la mujer sancona con cara de caballo, que después se descubrió que se trataba de don alfredo medina disfrazado, el padre sin cabeza del atrio, el rey cuachi y la princesa chicolac del bordito blanco, la lampara del cuidador de la caja de san isidro, la bota con sangre, el marihuano de canoas,
la llorona, las brujas, el caballo del diablo,los nahuales, los tesoros enterrados o en las cuevas,


                                    la mujer sancona con cara de caballo
se comenta que a los hombres que les gustaba tomar y pasarse la parranda en la calle se les aparecía una mujer alta y de cabello largo , la cual al pasar enfrente de ellos les coqueteaba para que fueran tras de ella y casi siempre cuando estaban a punto de darle alcance volteaba y tenia una gran cara de caballo, que los hacia huir despavoridos otros dicen se desmayaban y que al buscarla ya no la veían y es comprensible por que después se supo que era don alfredo medina disfrazado y siempre desaparecía en la camelina de doña quica y era lógico ya que era su casa, se comenta también de un sujeto que le apodaban el guapo que debido a la impresión que le causo, perdió la vida pero el solo quería alejarlo del lugar ya que se comenta pretendía a una de sus hijas al pasar el tiempo se descubrió la mascara  que usaba don alfredo para tales travesuras.


                                     la lampara del vigilante de las cajas o represas de san isidro.


le toco vivirlo a mi padre y a otros familiares de el, al transitar a caballo de noche por la caja vio a lo lejos una luz como las lamparas que se usaban antes y trato de acercarse pero el caballo se ponía nervioso y no quería ir en esa dirección pero mi padre que nunca demostraba miedo empezó a hablarle con la cuarta al caballo que a fuerza fue acercándose a la luz que a la ves se iba alejando sin prisa y tal ves por la adrenalina comentaba mi padre que cuando se dio cuenta ya estaba entre el agua con el caballo y de pronto la lampara así como llego se desapareció, saliendo entonces el de la caja se dirigió a su casa y al día siguiente les comento a los familiares de lo sucedido a lo cual le dijeron que era el alma en pana de un vigilante que se encargaba de cuidar la caja y de controlar las compuertas y que había muerto en ese lugar que varios de sus mayores ya lo habían visto.

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